Verantwortlich

Hindenburg, Wilhelm II, Ludendorff

- Yg. 1928, No. 11 -

Si voy con una pipa en llamas sobre el pajar de mi propio fregado, se caen algunas ascuas, el fregado se quema, ¿qué piensas, qué me pasa, aunque tal vez ni siquiera alguien más haya sufrido daños excepto yo?

Si, como empleado de Meier, le doy cincuenta marcos a un viajero pobre que me saca del fondo que me ha sido confiado, la cantidad que el jefe saca todas las tardes para alegrarlo, ¿crees que me dejarán hacer eso?

Si especulo con el dinero que me ha confiado mi barrio en la bolsa de valores, por ejemplo, en existencias de películas o en tocino, y caigo miserablemente, para que al final no quede nada, ¿no me llevará el fiscal por las riendas?

Debido a malversación de fondos, malversación de fondos, debido a incendio provocado por negligencia? ¿Aunque mi mente en todos estos casos ni siquiera sería indecente al final? Pero solo soy responsable de algo, del dinero, las posesiones o la vida y la salud de mis conciudadanos; y si daño estos bienes, seré responsable. Seré castigado, o tendré que pagar daños, o ambos.

Cuando, como ministro “responsable” de mi país, conjuro imprudentemente una guerra en la que dos millones de compatriotas perecen más o menos en agonía; si, como líder militar, pierdo esta guerra como resultado de mi descuido sin fondo al evaluar las fuerzas opuestas, de modo que mi pueblo tenga que pagar 132 mil millones de marcos en compensación de guerra; si, como director del banco estatal, imprimo papel moneda hasta que ya no vale su valor en papel y de esta manera estafar a cientos de miles de sus activos laboriosamente guardados, ¿qué crees que me sucederá? Oh Dios mío: nada, Soy el más honorable de los jubilados, obtengo grandes pensiones, disfruto de un gran respeto en todas partes. En lugar de ser yo - (bueno, imagínate a ti mismo).

Cuando arrojo dinero del tesoro de mi país a personas como los industriales del Ruhr, que ya son millonarios, a quienes no tienen derecho a nada; o si participo en compañías de cine y tocino con los fondos de este fondo como funcionario del Ministerio de Defensa del Reich, con el resultado de que veinte millones de contribuyentes se apresuran: ¿hay probablemente un gallo que lo haga? Sí, será uno, se hablará durante meses, meses en los periódicos y en el Reichstag al respecto. Hasta que el próximo escándalo esté maduro. Pero voluntad mir pasa algo? No es el frijol, obtengo mi pensión, me retiro a la vida privada, y después de unos años puede no saber en qué convertirse, diputado, ministro, canciller, dictador o algo así.

Esa es la pequeña diferencia entre la responsabilidad en la vida cotidiana y la responsabilidad en la política.

Si no fuera así, entonces la política tendría que ser un comercio altamente peligroso.

Y luego, probablemente, muchos se mantendrían alejados. Le gustaría que use los nombres usted mismo y comience en la parte superior.

No creo que sea imposible que sería mejor para nosotros entonces.

1928, 11 Kazenwadel